sábado, 14 de noviembre de 2009

Deberia cundir el ejemplo.

En los últimos días, hemos tenido conocimiento de un echo que nos llena de orgullo.

Un hombre joven, intervino para evitar que un agresor siguiera pegando a una mujer, aun a costa de recibir una puñalada.

Al igual que otros muchos, este chaval decidió que era mucho mas importante la vida de la persona que estaba siendo agredida, antes que la suya propia y no dudo en intervenir para acabar con la agresión de que estaba siendo objeto.

Pero no siempre ocurre así. Hay muchas personas, que deciden mirar para otro lado, cuando ve una agresión. Bien sea por miedo, o bien porque deciden que no deben de meterse en los asuntos de los demás, no actuamos en todas las ocasiones en las que deberíamos.

También existe un motivo para no actuar que implica directamente a las mujeres. Este no es otro, que el miedo que generan en ellas sus agresores, que las lleva a rechazar la ayuda que la sociedad esta dispuesta a ofrecerles.

Desde aquí, hago un llamamiento a todos los que alguna vez han visto o tenido conocimiento de un acto de violencia de genero. Denunciarlo. No importa que la mujer agredida defienda a su agresor. No es ella quien habla, sino el miedo que le tiene.

Muchas gracias. Y sobre todo, gracias a aquellos a quien no les importa poner su vida en peligro por ayudar a una persona anónima, porque nos demuestran el camino a seguir.

Un saludo.